Las velas son uno de esos elementos decorativos que permanecen en nuestro hogar durante todo el año, pero que es en Navidad cuando alcanzan su máximo esplendor. Y ello es debido a su capacidad de cambio, a las diferentes formas, colores y vestidos en las que podemos encontrarlas.
La imagen de una vela convertida en bola de nieve es de lo más curiosa, reúne en un solo elemento el frío y el calor, y el fuego y el agua, elementos que a priori se contradicen.
Esta otra es mucho más figurativa, y es una de esas velas que permanecen inmóviles en nuestro hogar a pesar del paso del tiempo, porque aunque en ocasiones tenemos la tentación de encenderlas, siempre acaba dándonos pena que se consuma y optamos por dejarla vivir.
Las velas con inspiración o forma de abeto son un clásico de la Navidad, y año tras año podemos ver nuevos y sorprendentes diseños con común punto de partida.
Las velas más sencillas pueden cambiar su aspecto completamente tan solo con un pequeño adorno navideño atado alrededor de su fuste.
EL diseño de las velas navideñas también está enfocado a los más pequeños de la casa, para ellos podemos encontrar velas como estas, con forma de osito y que una vez pase la Navidad, si no las hemos consumido, podrán continuar decorando su dormitorio.
Las velas pueden servir además como complemento decorativo a los dulces navideños. Estas que vemos en la imagen están sujetas a un pincho que clavado en esos dulces los hace aún más apetecibles.
Los portavelas también son una de las opciones más utilizadas en Navidad, ya que nos permiten disfrutar de las velas sin que éstas se consuman, ya que son sustituir la vela por una nueva, podremos seguir disfrutarndo de su luz y su belleza.
De todas formas siempre nos quedarán las velas tradicionales, que complementadas con otros adornos navideños pueden constituir un arreglo de lo más armonioso.