Las mesas de desayuno siempre son especialmente bonitas, normalmente son muy coloridas y están llenas de cosas bonitas… el café, la fruta, dulces, la cafetera, las tazas…
A la hora de comer sin embargo las mesas no llevan tantas cosas y suele costar un poco más conseguir un aire desenfadado e informal que al mismo tiempo nos cautive, pero conseguirlo puede ser más sencillo de lo que parece.
Un juego de textiles de cuadros, un centro de mesa a base de frutas, una cazuelita de barro para los tenedores… y el resultado es que el veis en las fotos, una mesa absolutamente sencilla y al mismo tiempo llena de detalles.
Fotografías: La Mallorquina