Hoy os mostramos una cocina diseñada al calor tradicional. Es una de esas cocinas en las que se nota perfectamente la vida que se desarrolla en ellas, tanto que solo viendo las fotos somos capaces de percibir el olor a galletas recién horneadas...
Es un espacio grande, tal y como se concebían las cocinas antiguas de los pueblos en los que la cocina era la principal estancia de la casa y en la que se desarrollaba toda la vida durante el día, por eso encontramos en ella tanto la zona de cocinar, como la de comer, e incluso una pequeña zona de estar.
Está decorada a base de tonos muy suaves, que ceden el protagonismo a las formas y los diseños, los materiales… e incluso a los electrodomésticos, que tratan de emular la cocina tradicional, aunque bajo su apariencia seguramente se escondan las últimas tecnologías.
La hora de cocinar se convierte en un placer en una cocina como esta, perfectamente equipada para ello, y en la que podemos compartir ese tiempo con el resto de miembros de la familia.
Fotografías: Kit Stone