Este pequeño proyecto se sitúa cerca del mar, en una urbanización en la cara norte del puerto de Mahón, en la isla de Menorca.
La zona es muy tranquila, y se caracteriza principalmente por la presencia de viviendas unifamiliares aisladas que se componen a partir de bloques cúbicos interseccionados. Como la parcela se dispone entre dos viviendas, el objetivo del proyecto era crear una casa introvertida en relación a los vecinos, con cierta intimidad, pero al mismo tiempo extrovertida hacia las vistas al mar.
La vivienda está básicamente cerrada en su fachada norte y se abre completamente hacia la orientación del sur, lo que favorece en gran medida los baños de sol. Aparece como un objeto masivo compacto, perforado por un gran ojo que enmarca las vistas interesantes.
El programa se divide en dos plantas a consecuencia de la fuerte pendiente existente en el terreno. La entrada principal y la zona de dormitorios se disponen en la planta primera, mientras que la sala de estar y la cocina se sitúan en la planta baja.
La cocina está pensada para que se pueda cocinar mirando al mar. Esta idea está reforzada por la utilización de la misma piedra natural tanto en el interior como en el exterior de la vivienda, de forma que los espacios se fundan entre si.
La zona exterior se divide en dos niveles diferentes, creando zonas íntimas o zonas abiertas en función de la necesidad y la funcionalidad de cada estancia.
En relación con la tradición arquitectónica local, el color Blanco se ha utilizado como material principal (no como un color) para toda la solución.
MODO Architecture & Interiors
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Publicado el: 29-06-2012