Ibermaison nos muestra esta casa enclavada en la maravillosa isla de la luz, la isla de Ibiza. Allí se levanta este edificio del que destaca una arquitectura limpia y pura, con cubiertas planas y el color blanco como nexo de unión entre todos los elementos.
Unos cerramientos de cristal aíslan el interior de la vivienda del exterior, y dan acceso a las diferentes estancias.
La cocina se encuentra en un espacio situado entre el interior y el exterior. Está equipada con todo tipo de electrodomésticos y además cuenta con unos amplios ventanales que no solo bañan de luz la cocina, sino que nos hacen sentir en plena naturaleza.
El dormitorio es quizá la única estancia de la casa en la que percibimos colores un poco más oscuros, como el que presenta el acabado de la madera. El dormitorio parte de un mueble realmente curioso que enmarca la cama y las mesitas entre líneas horizontales.
En el cuarto de baño destacan la contradicción de los materiales, algunos tan frágiles como el vidrio y otros tan rudos como la piedra natural del muro situado al otro lado de la ventana.
El salón está concebido como un espacio de ocio y descanso, y por eso su decoración se ha ocupado de crear rincones y zonas en las que disfrutar de la intimidad de nuestro hogar entre accesorios textiles de colores claros.
El exterior está equipado con todo tipo de muebles de exterior, para que cuando la climatología de la isla lo permita podamos disfrutar del exterior en todos los momentos del día.
Acomodados en amplios sillones, tumbados en las hamacas tomando el sol, alrededor de la mesa de tertulia o comiendo en familia…
En el exterior de la vivienda encontramos además una enorme piscina en la que disfrutar de agradables baños en la intimidad de nuestro hogar, al mismo tiempo que de las preciosas vistas y la luz de la isla.
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Publicado el: 25-02-2011