El proyecto que hoy os mostramos ha convertido una oficina de 28 m2, situada en un piso del centro de Madrid, en una vivienda ideal para una chica.
Se planteó como un principio básico del proyecto, y a pesar de lo reducido del espacio, dotarlo de todos los elementos que encontramos en viviendas tradicionales, generalmente de mayores dimensiones.
Se quería evitar utilizar soluciones de uso compartido, como por ejemplo el recurso del sofá-cama, muy habitual en este tipo de viviendas pero que genera una reiterada y obligada transformación del espacio cada día, haciendo más incómodo su uso.
La solución utilizada aprovecha la generosa altura libre habitual en edificios antiguos. Con un sistema de alturas partidas, se ofrece alternativamente 2m y 1.50m de altura según necesidades en cada planta y espacio.
Cocina, baño y acceso, con 2m de altura, liberan sobre ellos un espacio de cama con altura de 1.50m. El vestidor, ubicado justo al lado de la cama y con 2m de altura, genera debajo un volumen de almacenamiento de 1.50m de altura donde se disponen armarios en el acceso, extraíbles en tren tras la escalera, y nevera.
La operación añade a la vivienda 8.5m2 de superficie que, aun teniendo tan solo 1.50m de altura libre, permiten disponer, en una vivienda de 28m2, de un salón de generoso tamaño, baño, cocina, espacio abundante de almacenamiento y zona de dormir independiente.
La visión simultánea de las "ventanas" de los distintos espacios confiere profundidad y riqueza a la percepción del espacio único, la manera de grandes cuadros de paisajes.
Toda la operación se resume en una pieza compacta concebida como un mueble, realizada enteramente en taller en tablero de DM.
Arquitectos: Aurélie Beriot, Miguel Bernardini, Andrés Gorini.
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Publicado el: 26-10-2012 | Autor: Olaia Pellón