Los niños suelen elegir los colores vivos y cálidos como sus preferidos, los naranjas y los amarillos suelen estar en su lista de elegidos, una lista en la que pocas veces se cuela el color azul, sin embargo en su versión turquesa es uno de sus favoritos.
Este dormitorio se ha decorado en turquesa y blanco, y los juguetes ponen pequeñas pinceladas de otros colores.
El color turquesa viste casi todos los complementos textiles, pero también algunos muebles, como la pequeña silla que está situada junto a la mesilla de noche. El resto de color blanco, se funde con las paredes cediendo todo el protagonismo a la decoración textil y turquesa.
Fotografías: Zara Hom Kids