Un vestidor propiamente dicho es una estancia destinada al almacenamiento de ropa, y que utilizamos para vestirnos. Hace algún tiempo era un espacio considerado un lujo inalcanzable, pero hoy en día está más cerca de ser una necesidad que todo lo contrario.
La forma más fácil de crear un vestidor es dividir interiormente el dormitorio mediante un tabique, de esta forma creamos una estancia perfectamente aislada dentro de la otra, y conseguiremos tener nuestra intimidad a la hora de vestirnos, sin molestar con ruidos o luces a quien pueda continuar durmiendo en la cama.
Pero hay otras formas más ligeras de crear un vestidor. Una de ellas es un tabique bajo. Es una solución muy adecuada para habitaciones no especialmente grandes, de esta forma conseguimos separar ambas zonas, pero visualmente mantenemos la sensación de amplitud de un único espacio.
La última propuesta es la más creativa de todas, una sencilla y transparente cortina hace de separador de ambientes. Es una opción muy decorativa, que no conlleva además ningún compromiso, ya que en cualquier momento podemos cambiar de opinión y distribuir los muebles del dormitorio de una forma diferente, sin que un tabique nos marque la colocación.
Fotografías: Hulsta