Son sitios de la casa en cuya conservación y limpieza no reparamos, bien porque tienen difícil acceso o bien porque están "demasiado" a mano. Picaportes, llaves de la luz, mandos a distancia, bombillas, colchones, radiadores… ¡No te obsesiones con la limpieza, pero acuérdate de ellos de vez en cuando!
Picaportes y llaves de la luz. Hay que incluirlos en la rutina semanal de limpieza, ya que los tocamos constantemente y pueden ser una fuente de gérmenes si uno no se lava a menudo las manos… Los puedes limpiar con una bayeta humedecida con amoniaco rebajado en agua. ¡E intenta tocar lo menos posible los de los espacios públicos!
Mandos a distancia. Los maneja todo el mundo, a menudo mientras come algo… Una buena alternativa es envolverlos en papel glass y cambiar cada semana el envoltorio. Para limpiarlos, pulveriza limpiacristales en una bayeta húmeda o utiliza amoniaco disuelto. Pasa la bayeta muy escurrida para que la humedad no afecte a los circuitos electrónicos. No realices esta limpieza con alcohol porque puedes borrar los números. ¡Y huye del mando a distancia de los hoteles!
Teclado del ordenador. Si alguna vez has tenido un teclado transparente, sabrás el tipo de suciedad que se introduce entre las teclas. Lo mejor es pasar toallitas desinfectantes de las de limpiar las gafas y, si estás en casa, pasar de vez en cuando la boquilla de la aspiradora a baja potencia. Si tienes un pequeño aspirador portátil, tanto mejor… Luego pasas un paño húmedo escurrido, ¡y listo!
Estropajo del fregadero. Si todos los días limpias la encimera de la cocina con estropajo o esponja y también lavas la vajilla y demás menaje, recuerda que debes desinfectar este útil. Únelo a un lavado de toallas, y no olvides sacarlo al terminar el ciclo si usas secadora…
Bombillas. Aunque limpies las lámparas, apuesto a que te olvidas de las bombillas. Pues acumulan mucho polvo, tanto que a menudo se reduce su rendimiento lumínico una barbaridad. Un trapo con limpiacristales, o simplemente una gamuza atrapapolvo te sirve para esa tarea.
Radiadores. Quizá los limpies por arriba, pero… ¿y por detrás y por dentro? El calor que desprenden en los meses fríos atrae mucho polvo y probablemente te lleves una sorpresa… Prueba a pasar un plumero antiestático entre los módulos, o una gamuza atrapapolvo envuelta en un limpiabiberones. Otra estrategia es utilizar un secador de pelo: cuelga un trapo de algodón húmedo, por detrás del radiador, y a continuación pon en marcha el secador a la potencia más alta, apuntando hacia el trapo desde todos los ángulos del radiador a los que puedas acceder. El polvo y las pelusas se adhieren al trapo como si fuera un imán..
Persianas. Si vives en un piso en altura, olvídate de poder limpiarlas por fuera, pero hazlo por dentro: llena un barreño de agua con un buen chorro de amoniaco y toma dos bayetas. Pasa la húmeda, y luego la seca. Tendrás que cambiar el agua las veces que sea necesario.
Marcos y cierres de ventanas. Este trabajo requiere poca destreza, pero mucha paciencia: diluye una parte de alcohol de quemar en tres partes de agua. Humedece una bayeta absorbente y limpia los marcos de aluminio o PVC. Con palillos de oídos entretente en los pequeños recovecos. No te olvides de pasar bien los cierres de las ventanas, que suelen tocar varias manos.
Colchón. Este compañero de descanso es un gran olvidado de la limpieza. No olvides pasar la aspiradora con la boquilla adecuada una vez por semana para eliminar los ácaro. Y ponle una funda con cremallera que puedas lavar de vez en cuando.
Todo por arriba. Seguramente vas a identificar en esta enumeración muchos sitios que olvidas limpiar en casa: parte alta de las puertas, aspas del ventilador, parte alta de la nevera, encima de los cajones de las persianas… No olvides incluir estos lugares recónditos en tu rutina de limpieza.
Fotografías: Totally Funku, JML, MHS Radiators