Situado a dos kilómetros y medio al oeste de Negril, en Jamaica, se encuentra el Rockhouse, un hotel boutique impresionante que se extiende a lo largo de los acantilados de Pristine Cove.
El resort, rodeado de exhuberantes jardines tropicales, dispone de una enorme piscina al borde del acantilado y un restaurante ampliamente galardonado suspendido sobre el agua, por lo que cuenta con unas vistas impresionantes.
Las cabañas, de forma hexagonal y con techos de paja, y su ubicación, en la costa volcánica de Jamaica, con aguas azul turquesa, dan la sensación de estar en la isla de Robinson Crusoe. Los atardeceres se convierten en perfectos escenarios de una película romántica.
A lo largo de toda la propiedad, las escaleras talladas en la piedra facilitan el acceso a los diferentes espacios del hotel. Y no es de extrañar, ya que sus diseñadores quisieron que este complejo supusiera una fusión entre la naturaleza y el hombre.
Así, se trata de un hotel ecológico que cuenta con placas solares y un sistema de agua presurizada que asegura que los clientes puedan disfrutar de todas las comodidades, pero sin que esto repercuta en el entorno que les rodea.
Dispone de 34 estancias perfectamente acondicionadas que brindan a sus huéspedes todas las comodidades que puedan desear sin descuidar los detalles y el encanto propios del lugar.
Los colores blancos de las habitaciones están en perfecta armonía con los tonos ocres y tierra del mobiliario, que dicho sea de paso, está hecho con madera pulida de los árboles de especies locales.
El hotel pone a disposición de sus huéspedes numerosas actividades, especialmente deportes acuáticos, pero también pueden relajarse en su fantástico spa con tratamientos corporales realizados disfrutando de las maravillosas vistas del entorno natural e incluso, pueden comenzar el día con las clases de yoga que se ofrecen cada mañana mirando al mar.
*Hotel miembro de Design Hotels™.
ROCKHOUSE HOTEL
Dirección: West End Road
Negril (Jamaica)
Teléfono: 1 876 957 4373
Más artículos de: Hoteles
Publicado el: 12-10-2010 | Autor: Cristina Olmos