Restaurar porcelana y cerámica
La porcelana y la cerámica son materiales tan bellos y valiosos como frágiles. Forman parte de la Historia de la Humanidad casi desde sus comienzos, y el hecho de que aún se conserven piezas intactas de hace siglos da fe de su duración y resistencia. Pero aún así los objetos cerámicos se rompen con mucha facilidad, y quien más quien menos tiene en casa algún jarrón al que le falta un trozo o los pedazos de cierta escultura, que aguardan en un cajón para ser unidos algún día... Hoy vamos a ver cuál es la mejor manera de pegar los objetos de cerámica o porcelana que se han roto, y también cómo se pueden reproducir partes que se han perdido de forma que (casi) no se note.
Las piezas de cerámica y porcelana rotas se pegan con adhesivo de cianocrilato, de los que pegan inmediatamente. Si el objeto se ha partido en varios trozos, es mejor pegarlos entre sí formando piezas y luego juntarlas en un todo, que ir una por una. Lo normal es que, cuando un objeto de estas características se rompe, los cantos de las piezas rotas se ensucien (sobre todo cuando se trata de porcelana blanca). Esto hace que cuando se recompone el objeto, queden a la vista las uniones en un feo color gris. Evitarlo es complicado pero se puede intentar: hay que pegar el objeto cuanto antes, pero primero mojaremos los cantos a unir con un líquido blanqueante, como por ejemplo peróxido de hidrógeno (agua oxigenada de 110 volúmenes).
Hay que dejar que actúe el blanqueante durante unos 30 minutos; a continuación lavaremos la pieza y la secaremos con un paño blanco. Es el momento de empezar a pegar las piezas poco a poco, depositando gotas de adhesivo y pegando con precisión hasta que la unión sea firme. Si tenemos que deshacer algún arreglo anterior hay que mojar las uniones con acetona, dejando algodones humedecidos este disolvente en contacto con ellas. Cuando se ablanden las separaremos, las limpiaremos bien y procederemos a blanquearlas. Entonces ya podremos recomponer la unión. Un truco para pegar con comodidad piezas poco estables (por ejemplo, un plato colocado en vertical) es meterlas en un cajón lleno de arena para que se sujeten en la posición deseada.
Cuando faltan fragmentos de cerámica o porcelana, se pueden reproducir con masillas cerámicas de tipo epoxi, a la venta en ferreterías y centros de bricolaje. Hay que cortar un trozo de cada tira de masilla, amasarlas y darles la forma adecuada. Una vez secas, se lijan y se pegan con cianocrilato en el lugar indicado, sujetándolas con plastilina hasta que el pegamento se endurezca. Estas piezas se pueden pintar con pinturas cerámicas en frío, pero también existen esmaltes que se endurecen en el horno doméstico y que resisten los fregados y el lavavajillas.
Fotografías: Restorations by Eloise, Clare Spicer Ceramic, Antique Restorers, Cérámica JM Campos.
