En el caprichoso y encantador pueblo asturiano de Cangas de Onís, se sitúa el restaurante arrocería “Algrano”, un enclave rural para un establecimiento de aspecto urbano y vanguardista.
El nombre del restaurante “Algrano” está relacionado con su especialidad, el arroz.
La decoración se empezó a trabajar partiendo de la búsqueda de la diferenciación con el resto de establecimientos de la zona, al mismo tiempo que se buscaba un estilo propio que diera fuerza y sobriedad al local, y que gustara e hiciera sentir bien a los futuros clientes.
La fachada se trabajó en acero, intentando crear un solo plano.
Se integró en ella una puerta contigua con chaperones de hierro para hacerla aún más grande, y conseguir que causara una mayor impresión al visitante.
La decoración interior se inclina hacia los tonos oscuros con toques de rojo.
Es una decoración moderna, pero con un cierto toque característico, gracias a alguna pieza más clásica y al uso de los materiales nobles como la madera, el hierro, el vidrio…
Tanto las paredes como los techos de todo el establecimiento fueron pintados de un único color, gris antracita mate, lo que unifica todo el espacio y que actúa como telón de fondo, permitiendo otras licencias de color puntuales, en los objetos decorativos como cuadros, bustos, tulipas, merchandising....
En la iluminación, destacan los carriles utilizados en el techo, que permiten una gran libertad a la hora de jugar con la iluminación.
La cocina es completamente industrial, desde ella se puede contemplar el restaurante y viceversa.
Ambos espacios tan solo gozan de una pequeña intimidad concedida por la decoración colocadas de las puertas de vidrio de acceso a la cocina, similares a las de la entrada al restaurante.
En el centro del restaurante se integró una original bodega.
Un cubo de vidrio con puertas de hierro que van del suelo al techo, lo que lo convierten en un espacio completamente hermético, que permite conservar los vinos a la temperatura óptima.
Esta bodega es quizá uno de los puntos más originales de la decoración, pues dista por completo de la idea de bodega tradicional, tanto por su diseño como por su ubicación.
Los aseos están completamente diferenciados. Blanco para mujeres y gris para hombres.
En ambos, la grifería utilizada de Tres pone el punto de color rojo. Es una pequeña recreación del estilo del restaurante al completo.
El restaurante es además, una pequeña galería de arte. En el momento de su apertura, pudimos ver una exposición de pintura del propio diseñador del local, Eduardo Cruces, “El arte sobre la crisis de la construcción”.
En la cocina encontramos una excelente y variada carta en la que encontramos además de arroces, carnes, entrantes y postres caseros. Todo ello de la mano del cocinero Santhi Etxizarreta.
www.crucesestudio.com
www.arroceria-algrano.es
Por Olaia Pellón
Más artículos de: Interiorismo
Publicado el: 09-10-2009 | Autor: Olaia Pellón