En España, como en la mayor parte de los rincones del mundo, tenemos la sana costumbre de celebrar cualquier acontecimiento, en torno a la mesa. Un ascenso profesional, un reencuentro familiar, el cumpleaños de un amigo, su santo… o simplemente “San Queremos”, que es un santo que une mucho.
Hace años, el número de comensales alrededor de la mesa en cada celebración, era muy elevado debido al gran número de miembros que formaban las familias. En la actualidad las familias no son tan numerosas, pero el número de celebrantes podría ser incluso más elevado, ya que alrededor de una misma mesa, suelen agolparse diferentes núcleos familiares unidos por amistad, trabajo, aficiones… y además el número de celebraciones a lo largo del año, también ha aumentado de manera considerable.
Esto ha hecho que en muchos casos, la parte baja de las casas se haya dotado de un espacio con cocina, una gran mesa de celebración y una pequeña zona de estar, en la que pueden tener lugar celebraciones multitudinarias, liberándonos del riesgo que supone para nuestro suelo o para la tapicería del sofá, una celebración en el salón de nuestra casa. En cada lugar de España, y supongo que también en cada lugar del mundo, este espacio toma un nombre diferente. En mi tierra, se llama txoko.
Generalmente es un espacio grande que se sitúa en la parte baja de las casas unifamiliares, o en los bajos de un edificio comunitario, como si de un local comercial se tratara. Su decoración suele ser realmente cálida, en ella predomina el estilo rústico, provenzal o colonial, con la madera como protagonista del local, vistiendo cada rincón.
La cocina suele ser grande y distribuída como barra americana, ya que cada ambiente del espacio se engloba dentro de un todo. Suele estar equipada con grandes electrodomésticos, como arcones congeladores, frigoríficos side by side, lavavajillas industriales… y todo aquello que de soporte al gran número de servicios necesarios.
Una zona de este espacio se reserva a la bodega. Puede ser un espacio exento, pero generalmente las botellas suelen estar a la vista, conformando gran parte del atractivo, aunque también es habitual encontrarnos con refrigeradores o armarios especialmente diseñados para el vino.
Los muebles se suelen caracterizar por la belleza de lo natural. Aparadores, alacenas, vitrinas… una gran mesa situada en el centro, y a su alrededor un gran número de sillas que en algunas ocasiones pueden sustituirse por bancos corridos, algo que aunque a la vista resulta realmente estético, no suele ser muy práctico para la sobremesa y la tertulia posterior a la comida, en la que los respaldos y apoyabrazos se echan en falta.
En la zona de estar se desarrollan muchas actividades. Será importante contar con una zona de sofás en los que conversar, y aunque nunca debemos olvidar que la ergonomía es fundamental a la hora de escoger el sofá, en este caso, será el número de asientos lo que mande a la hora de decidir. Muchas personas, muchos asientos.
En este tipo de espacios se suele recuperar la entretenida costumbre de los juegos de mesa, los juegos de cartas…en definitiva, es un espacio que potencia las relaciones personales. Si las dimensiones nos lo permiten, podemos destinar una zona a este tipo de entretenimiento, dotándola con una pequeña mesa de juegos,, un billar, un futbolín…
El entretenimiento está servido.
Fotografías: PortobelloStreet, EuroCave
Por Olaia Pellón
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Publicado el: 21-11-2008 | Autor: Olaia Pellón