Cambiar las puertas de la casa nos puede salir por una pequeña fortuna. Por este motivo, si las puertas están en buen estado y tenemos tiempo y ganas, podemos aplicarles un nuevo acabado y cambiar de forma radical el interior de nuestra vivienda. Las puertas lacadas en banco nunca pasan de moda, aportan luminosidad y son muy elegantes; vamos a ver cómo podemos aplicar a nuestras puertas un lacado muy “bricolajero”.
Los pintores profesionales emplean pistolas de pintar, pero nosotros vamos a tirar de la brocha y el rodillo de toda la vida. Eso sí, tened en cuenta que lacar las puertas de casa es un trabajo lento al que hay que dedicar muchas horas. Si es posible, lo mejor es quitar la hoja de la puerta del marco y colocarla sobre dos caballetes, en posición horizontal; después limpiaremos bien la madera con aguarrás para quitar la grasa. No es necesario lijar; basta con aplicar una selladora sintética sobre el barniz para que el acabado agarre bien, usando un rodillo de espuma y una brocha estrecha de buena calidad, para las esquinas, marcos y molduras.
Los herrajes y tiradores, si no se pueden quitar, hay que envolverlos con cinta de carrocero. Una vez seca la selladora, aplicaremos dos o tres manos de esmalte-laca blanco, también con el rodillo y con la brocha. Para un acabado perfecto conviene lijar cada mano con lija nº 600 humedecida en agua jabonosa, sin pasarla por los relieves ni las esquinas para no llevarnos el esmalte. Después de pasar la lija secaremos bien la superficie con un trapo para aplicar la mano siguiente; la capa final también se puede lijar y abrillantar con una capa muy fina de cera incolora. El resultado es estupendo, os lo garantizo, y os habréis ahorrado un buen puñado de euros. Si os animáis a lacar vuestras puertas no os arrepentiréis… ¡Eso sí, armaos de paciencia y de amor por el bricolaje!
Imagen: Nathan_Y.