Las plantas necesitan cuidados especiales con el frío. Muchas no soportan bien las bajas temperaturas, y es necesario abrigarlas, tanto la raíz (acolchado) como las partes aéreas (hojas, tallo…). Algunas prefieren una buena poda en espera de mejores temperaturas…
Las plantas son especialmente sensibles a los cambios extremos de temperatura. Por eso hay que ayudarlas a sobrellevar las bajas presiones que trae consigo el invierno a nuestras latitudes. Algunas tareas relativas a su cuidado deben paralizarse al llegar los primeros fríos (abono), pues las plantas no crecerán durante estos meses (la mayoría hibernan); sin embargo, otros cuidados como el riego deben mantenerse durante la época de frío, aunque más espaciados en el tiempo.
Riego
El riego de las plantas es una rutina que debe mantenerse en invierno, aunque de forma más espaciada. Sólo hay que regar cuando la tierra esté seca, y procurar hacerlo con agua templada y en las horas del día en que las temperaturas son más altas, para evitar que se forme hielo durante lo noche. En cualquier caso conviene evitar que se encharque el terreno por las lluvias; si ocurre, lo mejor es drenarlo (pinchando el terreno con una horquilla, por ejemplo).
Acolchado
Es una buena costumbre acolchar el sustrato en el que están las plantas. Se puede utilizar corteza de árbol o cualquier otro tipo de acolchado de los que venden en viveros y centros de bricolaje. Pero el más económico es el compuesto por la propia hoja caída de los árboles, si se trata de un jardín. Acúmula la hojarasca y sitúala en las zonas donde haya plantas sensibles al frío. Para las macetas también pueden servirte trozos de cartón sujetos con piedras.
Abrigo
Muchas plantas necesitan abrigo durante los meses de frío en sus partes aéreas para evitar que el hielo de la noche y las primeras horas de la mañana pueda afectarles. Un simple plástico o saco especial que venden en los centros de jardinería puede servir para resguardarlas del frío intenso. Especialmente importante es ponerlas a buen recaudo del viento, que puede provocar una sensación térmica de entre 3 y 5 ºC menos. Por ejemplo, las más altas deberán ser sujetadas con cañas y palos para que sus tallos no se rompan, y las macetas situadas en zonas con corrientes, situarse en lugares resguardados del jardín o la terraza.
Poda
Algunas plantas resisten mejor la temporada de frío y crecen más vigorosas con la llegada de la primavera con una buena poda en estos meses de invierno, ya que la mayoría hibernan. Algunas, como las hortensias, incluso agradecen una buena poda a ras de suelo. No obstante, es importante tener conocimientos específicos antes de podar a lo loco, ya que se trata de una acción traumática para los vegetales. Otras plantas superan mejor el invierno con su abrigo natural, y prefieren la poda al finalizar el invierno (a partir de febrero).
Con todos estos cuidados invernales, a buen seguro que las plantas crecerán de nuevo estupendas cuando llegue la primavera.
Fotografías: Royal Horticultural Society
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Publicado el: 31-12-2012 | Autor: María Tebar