Con el calor entramos en ese periodo del año en que nos apetece llegar a casa y poner a tope el aire acondicionado. Pero los equipos necesitan un uso racional y eficiente y un buen mantenimiento periódico. Sólo de esa forma se consigue un rendimiento óptimo y que resulten saludables. De lo contrario, gastan mucho, enfrían poco y se convierten en un foco de gérmenes.
La suciedad puede ser la causa de que el aparato enfríe poco. La limpieza periódica de la unidad es recomendable, preferiblemente cada mes. Filtros de aire y baterías de intercambio deben estar perfectamente limpios. Ante la duda, pega una cinta de papel seda junto al aire acondicionado y te será fácil identificar cuando empieza a reducirse el rendimiento porque “volará” menos…
Algunos equipos incluyen ya función autolimpieza (por ejemplo, los nuevos equipos de LG): con sólo apretar un botón se consigue una óptima calidad del aire, evitando que se acumule la humedad y la aparición de moho y malos olores. Todo ello con la garantía de que no hará falta una limpieza adicional en 3 años.
Otro motivo por el que el equipo deja de enfriar es una posible fuga de gas. El gas ni se gasta ni se estropea, por lo que en condiciones normales de funcionamiento no es necesario rellenarlo. Si baja el nivel es porque hay una fuga que necesita reparación. Es vital identificar la causa de la bajada del rendimiento, primero limpiando el equipo y observando si rinde más, y después prestando atención a una posible escasez de gas, ya que ésta puede provocar un sobrecalentamiento del compresor de fatales consecuencias.
Una duda común entre los usuarios es si los equipos de aire acondicionado de la vivienda precisan una revisión obligatoria. La respuesta es no. Sin embargo, una revisión profesional una vez al año no está de más: sólo un técnico es capaz de identificar si son correctos los niveles de refrigerante y aceite, el estado de las baterías de intercambio, y de paso hacer un limpieza más profunda del equipo. Importante también que el técnico disponga de carné profesional de instalaciones térmicas en edificios.
Un equipo sano también debe comportarse de forma saludable con el medio ambiente. Si tiene muchos años, ya es "sospechoso" de prácticas antiecológicas… El R22,un refrigerante HCFC muy común en los equipos antiguos, daña la capa de ozono y es ya objeto de un estricto calendario de seguimiento por parte de la Unión Europea: sólo están permitidos los HCFCs regenerados o reciclados, y sólo hasta finales de 2014.
Uso racional del aire acondicionado
Una vez hecho el mantenimiento, hay que cuidar también de "mantener" una temperatura constante, para lo que es necesario disponer de un termostato electrónico programable. No conviene cambiar a menudo el objetivo que marcamos al equipo de aire acondicionado, sino fijar una temperatura de confort, en verano, 24 ºC . Lo ideal es establecer la siguiente proporción: que la diferencia entre la temperatura del exterior y la del interior no sea superior a 12ºC.
Es esencial no parar y arrancar el aire en función del calor que tengamos en cada momento porque al equipo le cuesta más vencer la inercia térmica y no responde igual de bien.
La tecnología inverter es una excelente inversión si estás pensando en cambiar de equipo o en instalar uno nuevo. Mantiene la temperatura constante de la que hablamos de forma muy eficiente, al ajustar constantemente la velocidad de rotación del compresor.
Mucho mejor si a la tecnología inverter acompañan unos filtros de calidad con propiedades antivirus y antialérgicas.
Fotografía: LG