Cuando llegan los días de luz y calor, todos aquéllos que disponen de un rincón al aire libre (bien sea un espléndido jardín, una terraza discreta o un pequeño balcón) aprovechan la oportunidad para disfrutarlo. Los muebles y el equipamiento de exterior se convierten entonces en los protagonistas de la decoración; lo normal es que haya que darles un buen repaso para ponerlos “en forma”, y conseguir que luzcan tan bonitos como el primer día.
Los materiales tradicionales en lo que respecta a muebles de exterior son las fibras naturales (con el mimbre como opción más clásica), el hierro forjado y el plástico. Hoy día, esta oferta se ha ampliado con otros materiales naturales como el rattán y las maderas de origen tropical, y también con estructuras plásticas y de metal, como las empleadas en la preciosa colección Tropicalia de la diseñadora Patricia Urquiola.
Sea como fuere, el hecho de que estos muebles pasan gran parte del tiempo a la intemperie hace que su superficie sufra bastante con las inclemencias del tiempo. Por esta razón es importante someterlos a un mantenimiento regular y un intenso trabajo de renovación cuando llega la época de volverlos a utilizar.
- Mimbre, rattán y fibras naturales: son los materiales que más se deterioran, aunque bien cuidados pueden durar mucho tiempo. Los trenzados a base de estas fibras pueden limpiarse con un cepillo de cerdas naturales duras y agua con un poco de jabón neutro, en donde habremos vertido un chorrito de amoniaco. Para protegerlos, se deben barnizar con un barniz de poro abierto para exterior rebajado con aguarrás, bien extendido y aplicado con una brocha de cerdas duras. Y si lo que queremos es pintarlos o renovar la pintura estropeada, lo más adecuado es emplear pinturas en aerosol que alcancen a todos los rincones.
- Muebles de hierro: son unos clásicos intemporales, y las filigranas de los antiguos resultan muy decorativas. Si están oxidados hay que limpiar las zonas atacadas con petróleo y estropajo verde o un líquido desoxidante, y después aplicar un producto transformador de óxido. Estas superficies se pintan con pinturas para exterior del tipo DTM (directas al metal, es decir, sin imprimación).
- Maderas tropicales: para recuperar el buen tono de los muebles de teca, merbau, iroko y demás maderas exóticas, basta con aplicar un aceite natural, muchas veces derivado de las propias maderas (aceite de teca o mezclas). Hay que procurar secar bien la madera cuando llueve y guardarlos a cubierto.
- Plástico: los muebles de plástico aguantan muy bien la intemperie, pero con el tiempo terminan por perder su aspecto brillante y se vuelven blanquecinos. Existen productos que renuevan su superficie (quizás no del todo, pero sí en gran medida), como por ejemplo el renovador Owatrol, de Pentol Española.
Lo que sí es importante es que durante el invierno, o cuando terminen los días de terraza y jardín, guardemos los muebles bien recogidos, a cubierto y ordenados. Antes los secaremos perfectamente y les aplicaremos el tratamiento necesario para mantenerlos en perfectas condiciones, hasta la llegada de la próxima primavera.
Fotografías: B&B, Unopiu, Vondom
Por Marta Sánchez
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Categorías: Terraza y jardín
Publicado el: 10-06-2010 | Autor: Marta Sánchez