Las cenas navideñas

Las cenas navideñas son todo un acontecimiento familiar. Sacamos nuestras mejores galas, para nosotros y para nuestra mesa. Preparar nuestra casa es imprescindible.

La mesa, el salón, las habitaciones para los familiares que acudirán estos días a la ineludible cita de la Navidad… pero también tenemos que tener en cuenta que seguramente nuestra cocina no está preparada para el gran número de comensales que se agolparán en torno a la mesa.

Preparar la cocina de nuestra casa para ese trasiego de platos y cazuelas no es algo que podamos improvisar rápidamente.

Seguramente echaremos en falta una cazuela más grande, un trozo más de encimera en la que manipular alimentos, mayor número de fuegos, más espacio en el frigorífico…

Algunas de estas cosas las podremos resolver fácilmente, otras será más complicado, pero podemos tenerlas en la recámara para que cuando nuestra cocina precise un cambio, las tengamos en cuenta.

Tendremos que revisar la cubertería. La que usamos a diario es posible que no cuente con el número de servicios que necesitaremos para la cena, o que no tenga las piezas necesarias para cada alimento. Tenedor de ensaladas, pala de pescado, cucharillas para el postre, para el café… utensilios con los que manipular el marisco…

Lo mismo ocurrirá con la vajilla. No suele ser habitual que en una casa en la que viven dos personas, haya vajillas pensadas para doce. Por eso se puede dar la circunstancia de que no tengamos suficientes servicios. En este caso, podemos optar por jugar con las piezas y mezclar vajillas de manera salteada. Aunque si nos damos una vueltecita por alguna tienda de decoración, casi seguro que no nos resistiremos a la tentación de volver a casa con alguna nueva adquisición.

La mantelería también es una parte importante en nuestra mesa. Seguramente en el mercado encontraremos manteles con motivos navideños, pero tampoco hace falta que nos compliquemos mucho las cosas. Un mantel liso, blanco, beige, negro o de un color intenso, puede ser la base perfecta a una mesa navideña, en la que los centros, las velas y los adornos sean los que se encarguen de poner la nota festiva.

Pero no toda la preparación de nuestro hogar se reduce a lo puramente decorativo. Una cocina bien equipada hará que la labor de cocinar sea mucho más sencilla. La congelación de alimentos es una práctica muy usada en la actualidad. Pero a medida que se acerca la fecha de la celebración el congelador empieza a llenarse y el espacio a escasear.

Lo mismo ocurre con el frigorífico, donde se van colocando los platos fríos que ya están listos para servir, y las baldas se quedan cortas. Los frigoríficos de dos cuerpos, americanos, los side by side y los arcones congeladores que podemos colocar incluso en la despensa, serán de gran ayuda en estos casos.

También una buena distribución de la cocina nos facilitará mucho el movimiento por ella, aunque esto es algo que no podemos decidir nosotros al cien por cien.
Abundan las cocinas distribuidas en forma de ele y en forma de u. Cuando se trate de cocinar para un buen número de personas, agradeceremos una encimera generosa, y para eso, las cocinas con isla son las que mayor espacio de trabajo disponen.

Está claro que lo necesitamos todo grande. El menaje también, y esto si que está en nuestras manos, en las manos de última hora. No está de más que nos demos una vueltecita, para hacernos con algún capricho a gran escala. Bandejas, ensaladeras o cazuelas pensadas para un gran número de miembros.

Y recuerda, que los brindis más entusiastas siempre acaban restando alguna pieza a nuestra cristalería, que año tras año va perdiendo miembros. Copas de champán, de vino, de agua, de licor…Tenemos para todos?

Fotografías: Villeroy&Boch, Royal Copenagen, Electrolux, Poggenpohl.

Por Olaia Pellón