Cuando llega el frío, los invernaderos se convierten en una solución muy eficaz para continuar cultivando especies vegetales o cosechando frutas, hortalizas y verduras fuera de estación. Según tus prioridades (estética, funcionalidad, modularidad, producción hortícola, etc.), puedes elegir, entre todos los modelos que te ofrece el mercado, el más conveniente.
La función del invernadero es sencillamente crear un microclima diferente al de la zona donde está situado o a la estación del año en curso para cultivar especies vegetales. Según el presupuesto de que dispongas, el espacio disponible y el número de plantas que necesiten de cuidados especiales, puedes elegir un modelo u otro. Ten en cuenta antes de iniciar la selección cuánto estás dispuesto a invertir en el invernadero, y no sólo hablamos de dinero sino de tiempo… El cultivo en invernadero es una afición que precisa muchos recursos, ya que a partir de determinada superficie precisan numerosos dispositivos para mantener unas condiciones climáticas benignas.
Ubicación
Es importante localizar el invernadero en zonas luminosas, pero protegidas del viento, las corrientes de aire y las heladas nocturnas. Intenta, si es posible, alejarlo de los árboles de copa muy espesa, que le darán demasiada sombra. La orientación perfecta es una alineación de Este a Oeste, para que se beneficie del sol del invierno. En todo caso, resultará muy conveniente, especialmente en especies ornamentales, que las plantas estén ubicadas en macetas, que puedan cambiarse de sitio siempre que se desee.
Tipos según la movilidad
En función de la movilidad que pretendamos que tenga el invernadero, es posible elegir entre diferentes tipos de soluciones: pequeños invernaderos que se pueden trasladar a conveniencia; invernaderos independientes o autoportantes con paneles desde el nivel del suelo, muy interesantes para cultivar hortalizas, lechugas, etc, pero sin embargo con muchas pérdidas de calor en invierno; invernaderos adosados a la casa, aprovechando un muro, siendo el otro panel de cristal. En general, si están arropados por un muro, los invernaderos actúan como colectores solares, aunque aprovechan menos la luz natural que los independientes.
Los invernaderos deben instalarse en un terreno bien nivelado y siempre que sean prefabricados pueden ser montados por cualquier persona mínimamente mañosa siguiendo escrupulosamente las instrucciones del fabricante.
Materiales de la estructura
Es importante elegir un invernadero cuya estructura esté realizada con buenos materiales y que tenga un buen diseño: madera, aluminio, plástico o chapa galvanizada son los más comunes.
Los invernaderos de madera tradicionales son muy bonitos, pero es importante que se trate de una madera de calidad (teca, sequoia o cedro), preferentemente tratada específicamente para resistir a la intemperie. Quizá necesite tratamientos periódicos para no pudrirse.
Una estructura que dura de por vida es la de hierro galvanizado, aunque conviene pintarla bien para estar completamente seguro de que resistirá a la corrosión. Los herrajes, en todo caso, deben ser de acero inoxidable.
La principal ventaja del invernadero con estructura de aluminio es que es muy resistente a las inclemencias meteorológicas, pero tiene la desventaja de ser menos estético, caro y transmitir los cambios extremos de temperatura.
Paneles transparentes
Es imprescindible que los materiales utilizados en los paneles dejen pasar la luz. El vidrio y el plástico cumplen este requisito.
Los invernaderos con paneles de vidrio son quizá los más estéticos y los que mejor cumplen con la función de dejar pasar la luz, si bien son más caros y requieren un tipo de estructura muy resistente que pueda sostener su gran peso. Por otro lado, aisla peor que los plásticos.
Los invernaderos de plástico tienen cualidades muy variables, según el tipo de fibra empleada. Por ejemplo, los paneles de PVC son económicos y necesitan estructuras poco reforzadas. En contrapartida, dejan pasar peor la luz, aunque absorben muy bien el calor y tienen propiedades aislantes. Otra fibra, el polietileno, también se utiliza para los paneles de invernadero: es menos resistente, y sin embargo deja pasar mejor la luz que el PVC.
Dan muy buenos resultados los paneles laterales en policarbonato transparente, que destaca por sus propiedades aislantes y por ser casi irrompible.
Factores vitales en el invernadero
De la correcta combinación de una serie de factores (climatización, aislamiento, ventilación, sombreado, riego y humedad) dependerá en gran medida la satisfacción que nos produzcan los resultados del invernadero. Ten en cuenta
Climatización. Para pequeños invernaderos, se recomienda el empleo de calefactores eléctricos, que se controlan mediante termostato. Sin embargo, también existe la opción de las estufas de parafina o para grandes superficies, calefacción mediante combustibles sólidos (gas o gasoil). En climas benignos puede ser suficiente con situar recipientes abiertos llenos de agua en diferentes puntos del invernadero, que capten el calor del día y lo expulsen por la noche.
Aislamiento. Es importante un doble acristalamiento o unos paneles plásticos de calidad para ahorrar en climatización mantener la humedad adecuada.
Ventilación. Es muy importante para mantener la temperatura y la humedad requeridas para el desarrollo de las plantas, por lo que hay que prever que existan paneles móviles, ventanas o claraboyas que se puedan disponer en modo ventilación o incluso incluir en el presupuesto ventiladores eléctricos tipo extractor.
Sombreado. Existen sofisticados sistemas de persianas automáticas reguladas por termostato, pero siempre está la opción de sombrear con mallas de sombreo, cañizo, etc.
Riego. Los invernaderos pequeños pueden mantenerse con simples regaderas, pero los más grandes precisan algún sistema de riego, por ejemplo, por capilaridad o por goteo.
Humedad. Es quizá uno de los capítulos más importantes para acondicionar el invernadero. La humedad relativa debe ser alta (entre un 40 y un 75 por ciento), por lo que interesa disponer de un higrómetro (a partir de 10 € aproximadamente).
Luz. En lugares con climas muy adversos puede ser necesaria la luz artificial a base de fluorescentes u otro tipo de lámparas específicas, que suplan la luz del sol en días muy oscuros.
Precios orientativos
Fotografías: Unopiu, Leroy Merlin