Hacer la compra de forma organizada es uno de los grandes retos de la planificación de las tareas domésticas. Por eso, si convives con tu pareja o en familia, es importante que la responsabilidad sea compartida. No hay recetas válidas para todos los hogares, pero sí algunos consejos básicos que conviene conocer de antemano…
Organizar la compra es una tarea más complicada de lo que parece. Lo habrás comprobado cuando llegas sin lista de la compra al hipermercado (y caes en multitud de tentaciones que "inflan" la cuenta que luego pagas…). O cuando vas a por limones al súper más cercano (y vuelves cargado como si se fueran a terminar la existencias de ultramarinos por varios meses…).
La compra diaria es un mito que prácticamente ya sólo vemos en series como Cuéntame y Amar en tiempos revueltos. Nuestros mayores siguen haciéndolo hoy para mantenerse activos, estirar las piernas y tener contacto social. Y antaño era indispensable porque no había frigoríficos: los alimentos debían de comprarse frescos y se mantenían por pocas horas en fresqueras con barras de hielo (esas ventanitas con rejilla de las cocinas que aún hoy se conservan en las cocinas a patio de las casas antiguas). Como han cambiado los tiempos…
Pero hoy día, salvo que cuentes con mucho tiempo y te resulte gratificante y cómodo hacerlo así, lo cierto es que la ajetreada vida diaria no nos permite dedicar un tiempo a la compra cada día. Y en casa disponemos de equipos (frigoríficos con congelador, arcones) para guardar un gran número de alimentos en óptimas condiciones mucho tiempo.
Así es que aquí tienes una mini-guía para planificar la compra en casa sin complicaciones:
- Cuelga en la nevera una lista de la compra o ten siempre a mano una pizarra o cuaderno donde cualquier miembro de la familia pueda ir apuntando las cosas que echa en falta.
- Importante prever menús semanales y exponerlos en un sitio visible si apenas se pisa en casa. Así se va supervisando si falta algún ingrediente y se evitan imprevistos de última hora. Además se come más sano al rotar los alimentos y es posible planificar un menú equilibrado para llevar la comida al trabajo, por ejemplo.
- Organiza la lista de la compra en “ligera” y “pesada”. Importante ir con vehículo a la compra “pesada”: botellas de leche, refrescos, detergente y otros artículos de limpieza, productos de aseo familiares… Según el número de miembros de la familia, podrá hacerse con más o menos asiduidad: un día a la semana, cada dos semanas o una vez al mes. De esta tarea, por lógica, debe ocuparse el que use coche.
- Fruta, verduras y otros alimentos frescos pueden transportarse en carrito de la compra. Importante llevar el carrito al mercado o al súper si vas andando, aunque pienses que vas a comprar “3 o 4 cosillas de nada”…
- Lo fresco se puede comprar en grandes cantidades y congelar por raciones en bolsas de congelación, apuntando alimento y fecha con rotulador indeleble. El pescado fresco se debe congelar antes de comer, por el riesgo de que esté parasitado por larvas de anisakis. Elimina el aire de las bolsas de congelación antes de cerrarlas.
- Evita visitar la “tienda de los olvidos” muy a menudo. Suelen tener mucha variedad en poco espacio y abren muchas horas cada día, pero a menudo los precios son desorbitados…
- No te sientas mal por hacer la compra online durante periodos de tu vida en que la “compra virtual” te soluciona la vida: por ejemplo, si tienes un bebé u otra persona a tu cargo, si guardas reposo por accidente o enfermedad, si trabajas todo el día y no quieres dedicarle el sábado a la compra… La mayoría de las grandes cadenas ya disponen de tienda online y tienen un servicio eficiente así como webs bastante amigables y con pago seguro.
Fotografías: Stock Xchng, Schmidt Cocinas
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Publicado el: 27-08-2012 | Autor: María Tebar