Elegir el fregadero para integrarlo en la cocina

Hace pocos años parecía que la incorporación masiva a las cocinas del  lavavajillas  acabaría restando importancia al fregadero… ¡Nada más lejos de la realidad! El fregadero sigue teniendo muchos más usos que el de lavar los platos, y por eso elegir el adecuado es hoy más que nunca una decisión importante para lograr la cocina perfecta. Te asesoramos para que aciertes en la compra…

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El fregadero es un elemento completamente imprescindible en la cocina. Su función trasciende el lavado del menaje de mesa y cacharros varios: en él recogemos el agua que necesitamos para cocinar, lavamos las verduras y hortalizas antes de su cocción o humedecemos las bayetas que necesitamos para limpiar. A menudo también es el lugar en el que llenamos los cubos de agua para fregar o el sitio donde dejamos en remojo una prenda con una mancha si la casa carece de lavadero en la zona de tender. Total, que por unas y otras razones, el fregadero es quizá uno de los elementos que más se usa a diario en la cocina. 

Elegir el adecuado a nuestras necesidades  y procurar que se integre en la cocina de la forma más estética y funcional posible es, pues, una de las prioridades a la hora de planificar la reforma de la cocina o la instalación de una nueva.

Adaptación del grifo al fregadero

Es importante prestar atención a la perfecta adaptación del grifo al fregadero, ya que de ello dependerá la comodidad de uso. Siempre que puedas, elige el  grifo y el fregadero al mismo tiempo con asesoramiento de un profesional que resuelva tus dudas y te aconseje sobre las ventajas de cada modelo. Por ejemplo, puede resultar muy útil un grifo extraíble con “alcachofa” como la de la ducha, para poder así limpiar la vitrocerámica si se encuentre cerca. O será necesario un grifo alto para poder llenar cubos de fregar si no hay otro sitio mejor donde hacerlo. Entre 10 y 100 euros puedes encontrar todo tipo de grifos monomando para el fregadero.

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Tamaño y disposición del fregadero

El siguiente punto a tener en cuenta es el tamaño del fregadero y su disposición en la cocina de acuerdo al espacio disponible y a las necesidades de los usuarios. Hay fregaderos en esquina, de tamaño mini o XXL, de doble seno, de diseño redondo y de mayor o menor profundidad. En general, si dispones de espacio, no optes nunca por un fregadero demasiado pequeño, ya que es frecuente arrepentirse de la compra con el timpo, dada la variedad de aplicaciones que es posible dar al fregadero. Entre 25 y 125 euros puedes encontrar los clásicos de acero inoxidable para encastrar en la encimera.

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Integración del fregadero en la encimera

Situar el fregadero por encima o por debajo de la línea de encimera es una de las principales decisiones  a tomar. El sistema clásico de encastre, que deja las solapas del fregadero situadas por encima de la encimera, se instala mediante grapas de fijación y tiene dos desventajas importantes: necesita sellarse con una junta de silicona, que termina por ensuciarse y deteriorarse, y la sensación visual de corte de la encimera que ofrece no es precisamente estética.

La ventaja de los fregaderos bajo encimera es que eliminan la necesidad de juntas en la superficie y además estéticamente resultan mucho más atractivos, ya que ofrecen sensación de continuidad. Los precios son muy variables, pero en general algo por encima de los clásicos de encastre.

Actualmente existen además modernos sistemas de integración a ras, denominados Slim Top, que permiten recoger eventuales líquidos sin resalte alguno, facilitando la limpieza y mantenimiento. Franke Kitchen Systems dispone de un modelo para muebles de 60 cm, fregadero Planario 211 FM, por un precio de 735 €

Otro sistema similar es Slim-Fix, prácticamente con las mismas cualidades estéticas, y la ventaja añadida de que no requiere atornillamiento, pues unas grapas fijan el perímetro en el corte de la encimera. El perfil del fregadero queda muy bajo, y prácticamente equivale a una integración. Para mueble de 60 cm, el fregadero Slim-Fix Laser 651 de Frake tiene un precio de 780 €

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Materiales para fregaderos

La evolución de los materiales para fregaderos se ha disparado en los últimos años. Hace unas décadas pasamos de las viejas pilas de piedra al acero inoxidable, que aún hoy sigue siendo el más interesante por relación calidad-precio y por su resistencia a los golpes y a los arañazos.

Pero a la hora de instalar cocinas modernas y de alto impacto visual, el acero inoxidable tiene serios competidores en otros materiales como el Tectonite o el Fraganite-Durakleen, el Corian o Hi Macs, entre otros. La principal ventaja de estos es que permiten hacer encimeras con la forma del fregadero integrada, con lo que ambas piezas comparten color y diseño sin rupturas.

El Fraganite-Durakleen es  granito natural, pigmentado partícula a partícula para obtener una homogeneidad absoluta de color y resina. Franke dispone de modelos para muebles de 60 cm a partir de 600 € (Mythos Fusion 611).

El Tectonite consiste en una sólida combinación de resinas que permite diseños limpios por su inexistente grano, que garantiza una óptima higiene. Ambos materiales resisten muy bien a las rayaduras.  El precio es de 250 € el fregadero para mueble de 80 cm.

 La principal desventaja del Corian de Du Pont, hecho a base de minerales y polímero acrílico, es su alto precio. Lo mismo ocurre con la piedra acrílica Hi Macs de LG: permite sensuales formas orgánicas, pero su precio es también muy elevado y precisa la intervención de un experto en el material.

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Fotografías: Franke Kitcheb Sysstems, Corian, Hi Mas

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Publicado el: 13-06-2012 | Autor: María Tebar

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