Escoger una plancha parece algo irrelevante, y a menudo nos dejamos guiar por aspectos como un precio económico, una marca determinada o un diseño más o menos moderno.
Sin embargo, la elección es determinante para conseguir (UNO) un planchado impecable de la ropa, (DOS) en poco tiempo y (TRES) sin apenas esfuerzo. Aquí tienes las claves para elegir bien y con un presupuesto ajustado.
La plancha es un elemento imprescindible en cualquier hogar. Pero como ocurre con otros pequeños electrodomésticos, conviene tener en cuenta el uso que se le dará antes de tomar la decisión de compra. Lo primero es determinar un presupuesto. Si no quieres invertir mucho ni tienes demasiada colada para plancha, o simplemente no dispones de sitio, descarta un centro de planchado con calderín, lo más caro entre todas las posibilidades de compra.
Sin embargo, a estas alturas parece imprescindible contar con una plancha con salida de vapor. En la mayoría es posible eliminar la opción fácilmente si se desea planchar tejidos delicados, pero realmente es el vapor de agua el que permite ablandar los tejidos y dejarlos aptos para un planchado fácil y satisfactorio.
Hay una serie de elementos que ya se han generalizado en todas las planchas: función vapor, pulverizador de agua, indicador de temperatura de planchado, terminación en pico para llegar a todos los rincones de la ropa y hendidura en todo el perímetro de la plancha sobre la suela para planchar entre botones, por poner algunos ejemplos.
Así es que la elección de una buena plancha hoy día debe estar determinada por los siguientes criterios:
Potencia y chorro de vapor
En las planchas normales, la potencia debe superar los 1.800 vatios para un planchado eficaz y rápido. Muchas ya tienen entre 2.200 y 2.400 vatios. Cuanta más potencia, mejor chorro de vapor se obtiene. El vapor puede salir en horizontal o a veces en vertical, para planchar cortinas sin retirarlas, por ejemplo. También existen planchas con salida de vapor por la punta. El vapor constante (30 gramos por minuto) es lo más habitual, aunque también se ha generalizado ya el llamado golpe de vapor (de 80 gramos por minuto) para acabar con las arrugas más rebeldes. Observa que tenga el máximo número de orificios en la suela, ya que aseguran una salidad uniforme del vapor. La plancha es uno de los electrodomésticos que más electricidad consume, por lo que conviene hacer un uso responsable del equipo.
Tipo de suela
Las planchas clásicas tienen suelas de aluminio (las típicas brillantes). Suelen ofrecer peores resultados, ya que se deslizan mal y la suela termina pegándose a la ropa. Las suelas cerámicas son más resistentes y antiadherentes para facilitar el deslizamiento. La suela adicional que incorporan algunos modelos con suela de aluminio sirve para planchar la ropa más delicada (de seda, etc.).
Capacidad del depósito y peso
Presta atención a este apartado, ya que será determinante en la comodidad de uso de la plancha. Si la capacidad del depósito es escasa, tendrás que rellenar cada tres o cuatro prendas planchadas, lo cual (lo sé por experiencia) es muy incómodo. Y si el peso de la plancha te parece mucho cuando la sostienes en la tienda, piensa en lo que pesará una vez que llenes el depósito. Cuando planchas más de media hora, te aseguro que el peso se hace notar… A igualdad de condiciones, elige un modelo ligero, no lo dudes.
El cable
Parece una tontería, pero lo modelos más antiguos llevan cables muy cortos (que te impiden planchar si no es al lado del enchufe) y que no pivotan, lo que hace que se enrollen y compliquen el uso de una forma absurda. Si te decides por un modelo de precio bajo o marca blanca, no olvides fijarte en esto.
Seguridad
Las medidas más comunes, al margen de la normativa obligatoria que deben cumplir las planchas eléctricas, son el piloto que se enciende al enchufarla y se apaga cuando la plancha adquiere la temperatura idónea y la desconexión automática si permanece inmóvil en posición de planchado durante mucho tiempo. Los últimos modelos incorporan una pequeña pantalla digital para visualizar todas las funciones, desde temperatura a modo vapor, etc.
Otras funciones interesantes
Sistemas antigoteo y sistemas de autolimpieza son otras funciones ya comunes a casi todos los modelos, pero conviene cerciorarse de que vienen incorporados. Hay que tener en cuenta que los depósitos e incrustaciones de cal son los principales causantes de que las planchas se estropeen. Por eso conviene seguir las instrucciones del fabricante al respecto.
¿Cuándo interesa un centro de planchado?
En general, un centro de planchado sólo interesa en el caso de familias que diariamente hagan mucha colada y que puedan disponer de un espacio fijo para mantener el equipo. Si la ingrata tarea se realiza a diario, resulta mucho más cómodo el uso de uno de estos aparatos, ya que el vapor se genera en la caldera, que es independiente, lo que aligera bastante el peso de la plancha. Aunque tarda más tiempo en calentarse que las planchas tradicionales, luego la temperatura se mantiene más tiempo y en general se plancha de una sola pasada, sin necesidad de insistir varias veces en la misma zona de una prenda. Hay que tener en cuenta que el precio de estos equipos duplica o triplica el de una plancha normal, ya que se acercan más a lo que es una plancha profesional. Es muy importante mirar la potencia del calderín, que se mide en bares: 3 o 4 bares es lo mínimo exigible, ya que los mejores modelos cuentan ya con 5 y 6 bares.
Puedes encontrar modelos de plancha a vapor desde los 25-30 euros (sencillos, poca potencia y marca blanca) hasta los 90 euros aproximadamente de los modelos más modernos y sofisticados. Los centros de planchado empiezan en los 150 € aproximadamente.
Fotografías: Philips, Polti
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Categorías: Electrónica de consumo
Publicado el: 11-01-2012 | Autor: María Tebar