Enero es el mes del relax por excelencia. Terminamos el mes de diciembre agotados, es un mes en el que no paramos de hacer planes, de comer, de hacer compras, de visitar a familiares que no vemos con la frecuencia que nos gustaría, de recibir en casa, de decorar, de cocinar…
Pero llega enero y todo vuelve a la normalidad, a una normalidad que tampoco es lo normal, porque este mes solemos evitar comprometernos con nada. Es un mes en el que nuestro plan favorito es no hacer nada, cumplir con nuestras obligaciones laborales y familiares y disfrutar del tiempo que nos queda libre para hacer planes relajantes.
Dejarnos llevar por la pereza y disfrutar de las primeras horas del día…
Ikea
Despertarnos tarde y disfrutar de la cama sin tener que salir de ella de un salto...
Hästens
Levantarnos tarde y desayunar sin prisa…
House Doctor
Mimarnos en el baño en lugar de ducharnos atoda prisa...
The white company
Cocinar y comer cosas sencillas...
The white company
Leer un libro al calor de la chimenea…
The white company
Ver pelís en el sofá...
Enero baja la velocidad, nos permite vivir más despacio y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. De esos pequeños placeres de que se compone nuestra vida, y que a veces nos perdemos por vivir deprisa.
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Publicado el: 08-01-2016 | Autor: Olaia Pellón