El papel pintado causó furor en las décadas de los 50 y los 60. ¿Quién no recuerda aquellas estancias, revestidas de sinuosos dibujos psicodélicos en colores?
Unos años después, este revestimiento cayó casi en desuso en favor de la pintura; pero desde hace ya unos años, muchas firmas de decoración y arquitectos de interiores se han empeñado en recuperarlo, con un éxito arrollador.
Las tendencias actuales de empapelado son algo diferentes. Aunque se han recuperado estampados de las décadas más pop, los prints florales, lisos o a rayas han cobrado mayor protagonismo. En ocasiones se opta por empapelar sólo una pared y pintar el resto, para así dar protagonismo a una zona de la habitación, sin saturar el espacio con dibujos o motivos complicados.
Colocar papel pintado es más complicado de lo que parece, y hay una serie de consejos prácticos que hay que tener siempre en cuenta antes de empezar. Tomad nota:
- Es muy importante comprar siempre la cantidad necesaria de papel, e incluso más para poder guardar unos rollos (siempre hay que conservarlos precintados, tumbados y alejados de la luz).
- Las medidas de los rollos de papel son habitualmente de 0,52 m de ancho y 10,05 m de largo. Para conocer el número de rollos que se necesitan, hay que hacer unos sencillos cálculos (siempre en centímetros). Lo primero es dividir el perímetro de la habitación entre el ancho de los rollos para calcular el número de tiras necesarias (A). Después hay que dividir el largo de cada rollo entre la altura de la habitación (más 10 cm si es papel estampado) y conoceremos el número de tiras que salen de cada rollo (B). Para terminar, dividiendo A/B obtendremos el número de rollos de papel necesarios.
- A la hora de comprar el papel, hay que asegurarse de que todos los rollos son del mismo lote y tienen el mismo número de serie; el color puede cambiar entre distintas tiradas. Si ves que algunos rollos son de distintos lotes, recuerda no colocarlos en la misma pared para evitar que se note la diferencia de tono.
- Cuando vayas a colocar papel estampado, además de tener en cuenta que es más complicado que revestir las paredes con papel liso, recuerda que tendrás que comprar más cantidad porque hay que hacer coincidir los motivos; esto hace que se desperdicien algunos trozos.
- Antes de empezar a empapelar, es muy importante que la pared a revestir esté perfectamente lisa, limpia y sin polvo. Si está empapelada, lo mejor es retirar el papel viejo; para ello, puedes empapar la superficie con una mezcla de agua caliente y un chorrito de vinagre. Una vez ablandado el adhesivo, intenta retirar las tiras de arriba abajo y de una sola vez.
- Los papeles que peor se retiran son los vinílicos; su revestimiento transparente hace que el agua no penetre por debajo de la superficie. Un truco de “profesional”: prepárate un taco de madera con clavos que tengan las puntas hacia fuera, y perfora la superficie del papel pinchándola con este taco, presionando bien. Después ya puede empaparlo con la mezcla antes citada. Y algo muy importante: si vas a revestir la pared con papel de tipo vinílico, recuerda que deberás comprar adhesivo específico, del mismo tipo; en caso contrario no conseguirás pegarlo correctamente, y se terminará desprendiendo.
Imágenes: Papelesdelos70.com
Por Marta Sánchez
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Categorías: Paredes y revestimientos
Publicado el: 03-06-2010 | Autor: Marta Sánchez