El baño es un lugar en el que el estudio de la estética es fundamental. Quizá esto sea debido a que es un espacio que ha tenido que reivindicar su estatus, mientras que otros espacios han sido considerados siempre merecedores de la categoría otorgada.
Si bien es cierto que es un espacio que requiere de una cierta intimidad, la zona de los lavabos es la más pública, la que queda más a la vista de todos y por tanto, la que tiene la responsabilidad de marcar el estilo imperante en el resto de espacio.
Los lavabos completos (los que están formados por pozo y pie) fueron muy utilizados en la época de los 70, por esa razón son los más adecuados si buscamos un cuarto de baño de línea clásica-retro. Hoy en día su uso ha perdido enteros, y es poco habitual encontrarnos con unos de ellos en una vivienda particular, ya que la tendencia actual es la de apoyarlos en un mueble o suspenderlos de la pared.
Los lavabos murales son los más utilizados en cuartos de baño de reducidas dimensiones, aseos o espacios en los que su uso será puntual, y no será necesario disponer de un lugar de apoyo para depositar los enseres personales.
Este suele ser el caso de lavabos públicos. (Restaurantes, gimnasios). Pero también es habitual encontrarlos en cuartos de baño minimalistas, en los que se busca la mínima expresión de todo.
Los lavabos que forman parte de un mueble son los más utilizados en el hogar, ya que es la mejor forma de aprovechar el espacio que queda debajo. En estos casos, encontramos lavabos sobremueble, lavabos sobre encimera, lavabos encimera o lavabos bajo encimera según la disposición de los mismos.
En el caso de los lavabos encimera, tanto el mueble como el acabado en que esté realizada la encimera, cobran mayor importancia que el propio lavabo, que queda prácticamente oculto.
Esta es la opción más utilizada en aseos de estilo convencional, más clásicos y menos arriesgados. El color suele ser blanco, y el material no destaca por lo inusual. Sobre el lavabo está colocado el espejo, cuya estética también es determinante.
En cuartos de baño clásicos, el espejo suele presentarse enmarcado y en ocasiones oculta un mueble en el que guardar objetos personales. Los grifos de estos lavabos no suelen destacar por encima del resto de elemento, sino que se integran perfectamente, creando un ambiente totalmente armónico.
Los lavabos de sobre encimera tienen mayor peso decorativo que los anteriores, y suelen ser generalmente cuadrados o rectangulares. Responden a la estética más actual, más vanguardista y funcional.
En lavabos modernos, los materiales no se limitan a los comúnmente utilizados, el cristal transparente o coloreado y el acero son dos opciones añadidas.
En estos casos se busca simplificar al máximo cada accesorio, por eso el espejo suele presentarse colocado directamente sobre la pared, carente de todo tipo de adorno, marco o biselado.
En la actualidad la estética es fundamental, y hoy los grifos son verdaderas obras de arte, que pueden llegar a cubrir toda la fuerza de la decoración.
Cuando en una casa hay más de un cuarto de baño, alguno de ellos puede estar decorados específicamente para los más pequeños. En estos casos, el color es fundamental, tanto en el propio lavabo, como en cada uno de los elementos que lo rodean. Mueble, tiradores, espejo, marco, grifo…
En baños de aspecto colonial, los complementos que rodean el lavabo son fundamentales para conseguir el mayor efecto visual. El mueble siempre está realizado en maderas oscuras como el wengué o el palisandro o en tonos claros con acabados decapados, y el grifo puede ser dorado o de aspecto envejecido.
Cuando el espacio lo permite, la zona de tocador suele estar compuesta por una encimera en la que se alojan dos pozos. Esto aporta una enorme dosis de elegancia y distinción a la decoración.
Por Olaia Pellón
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Publicado el: 27-03-2009 | Autor: Olaia Pellón