El diseño llega a nuestras casas para ponernos la vida más fácil, estamos seguros de ello. Sin ir más lejos, hace que no tengamos que ocultar cada pequeño accesorio que utilizamos, pues su estética es tan atractiva que merece ser vista por todos.
Como consecuencia de ello nos ahorramos el trabajo de recoger y ocultar las cosas que nos estamos utilizando, pues son tan bonitas que podemos dejarlas ahí, como elemento decorativo.
Cuando las cocinas empezaron a ser cocinas concebidas como tal, lo más frecuente era que trasmitieran una inevitable sensación a desorden.
Tanto los electrodomésticos como los muebles se colocaban de manera exenta, separados unos de otros, lo que daba una sensación de exceso de elementos, una decoración de apariencia ruidosa. Pero además de la propia distribución de la cocina, la cantidad de accesorios indispensables en ella, colocados aleatoriamente sobre la encimera contribuían a ese desorden.
El tostador, la batidora, las vinajeras, el salero, los utensilios como la espumadera o el cucharón, el sacacorchos, las ollas, el exprimidor, el frutero, la cafetera… todos estos son elementos que han estado presentes en las cocinas siempre, porque son indispensables para cocinar, o para ayudarnos en algunas tareas asociadas, pero hasta hace unos años, el diseño no había llegado a ellos.
De ahí ese desorden que transmitían las cocinas. Todos los accesorios repartidos por la encimera sin ningún tipo de orden, ni colocación, y con un diseño inexistente más allá de la propia utilidad.
Hace unos años que eso ha dejado de ser así, y el diseño se ha hecho dueño de cada pequeño rincón. Por supuesto que el mobiliario de cocinas ha evolucionado mucho y es sin duda lo que más ha contribuido en esa búsqueda del orden, pero sin lugar a dudas el diseño de las pequeñas cosas ha hecho que cualquier cosa, por desubicada que esté, destaque por su diseño, y no por el desorden que le aporta a la cocina.
En el caso concreto de las cafeteras, hoy en día el diseño de este pequeño electrodoméstico ha llegado hasta tal punto que ya no solo no nos apetece ocultarlo, sino que colocado sobre la encimera contribuye a dotar de estilo la cocina.
Lo mismo ocurre con la tostadora de pan. La última tecnología unida a la estética retro resuelven el diseño de este hoy en día atractivo accesorio.
En todas las cocinas hay un sacacorchos, aunque hoy en día el diseño haya hecho que no lo parezca, y que podamos usarlo como elemento decorativo.
Quizá esa incursión del diseño en el mundo de las pequeñas cosas culmine en un nuevo diseño de cocinas, en las que se eliminen por completo las puertas, porque todo lo que albergue nuestra cocina sea digno de admiración.
De momento, vamos disfrutando cada vez que un accesorio común es atrapado por las manos de un diseñador, y de un momento a otro pasa de ser un simple artículo de menaje, a un atractivo elemento de diseño que decora nuestra cocina.
Fotografías: Alessi, Deadria, Habitat, Illy, Screwpull, NGS
Por Olaia Pellón
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Publicado el: 22-05-2009 | Autor: Olaia Pellón