ESPEJITO, ESPEJITO…
Y desde entonces no hemos dejado de mirarnos en él, en espera de tan ansiada respuesta. Yo creo que es como consecuencia de que el maldito espejo no se decida a contestar, que hemos decidido multiplicar el uso de este elemento decorativo, extrapolándolo a todas las estancias, espacios, ambientes, pasos y pasillos. Es más, yo he llegado a la firme conclusión de que en esa búsqueda imparable por la respuesta, los cristales de los escaparates se inventaron para ver nuestro reflejo en movimiento, y no para ver lo que se sitúa tras ellos.
Los espejos quedan bien casi en cualquier parte. En primer lugar porque aportan profundidad, de manera que amplían visualmente la estancia en la que van colocados, a la vez que multiplican la luz que entra por las ventanas que se encuentren enfrentadas a él. En segundo lugar porque es una pieza atrayente que engancha, nadie es capaz de pasar por delante de un espejo y no volver la cabeza para mirarse.
Pero dentro de los espejos, podemos diferenciar dos grandes grupos. Los que colocamos para utilizar a la vez que decoramos, y los que colocamos para decorar, y que ya de paso, utilizamos.
Dentro del primer grupo englobaríamos los que colocamos sobre le lavabo del cuarto de baño, en el vestidor, en el probador de una tienda de ropa o en el tocador de una peluquería.
En este caso lo que prima por encima de todo es el espejo propiamente dicho. Su tamaño, su correcta colocación y disposición sobre la pared. En este grupo incluiremos el super práctico espejo de aumento, que colocado en el baño permite maquillarse o afeitarse… ¡¡incluso a los miopes mañaneros!!
Los del segundo grupo son los que colocamos en cualquier lugar, del mismo modo que podríamos colocar cualquier otra cosa, pero que ya que están ahí, nos vienen de maravilla. Sobre la consola del recibidor cumple la misma función que una obra de arte, pero además nos sirve para repasar el nudo de la corbata antes de salir.
En este caso, como en el salón, el pasillo, el portal de nuestro edificio o en alguna sala de espera, su colocación es en principio puramente decorativa, y por tanto es en este momento donde el enmarcado cobra la relevancia perdida en el primer grupo. En ocasiones ¡tanta!, que el tamaño del marco gana por goleada al del propio espejo.
El espejo es un accesorio que combina con cualquier estilo decorativo, ya que su forma casi se puede escoger a la carta, cuadrados, redondos, rectangulares, de cuerpo entero, de medio cuerpo…
En la última era han cobrado fuerza los espejos venecianos, los enmarcados barrocos, los espejos con incrustaciones, marcos con aplicaciones en piel, metálicos, de aspecto repujado…
Son el complemento perfecto a estilismos minimalistas, poniendo de esta manera el contrapunto a la ausencia que impera en este estilo.
… ¿QUIÉN ES LA MÁS GUAPA?
Fotografías: Sia Home Fashion, Planet Hair, Catellan Italia, Ccr, Trentino
Por Olaia Pellón
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Publicado el: 06-02-2009 | Autor: Olaia Pellón