Aunque en los últimos tiempos las mamparas de baño han ganado enteros frente a las tradicionales cortinas, lo cierto es que la cortina también tiene sus ventajas.
En primer lugar es un recurso más económico que una mampara, que requiere de un desembolso mayor para su compra.
Además no es un elemento permanente. En ocasiones resulta que la mampara de ducha cierra visualmente el espacio del baño, una estancia que generalmente suele ser pequeña. La cortina puede permanecer corrida y ampliar así el espacio ante nuestros ojos.
La mampara es algo que colocamos en el baño con visión de futuro, estará ahí para siempre o al menos por muchos años, mientras que la cortina es algo que podemos cambiar con una cierta periodicidad, y cambiarle de esa manera el estilo y el color al baño, por ejemplo con la llegada de la primavera.
Estas son solo algunas de las ventajas que la cortina tiene frente a la mampara… ¿se os ocurren más?
Por supuesto la mampara también tiene ventajas frente a la cortina... pero de eso nos ocuparemos otro día!
Fotografías: Potterybarn