Hace calor, la primavera empieza a dejarse notar y es momento de saciar la seda. Una de las bebidas más apetecibles cuando el calor aprieta y que además resulta más saciante, es la caña de cerveza. Pero como en todo, servirla es todo un arte.
Fernando Iglesias, responsable de Cultura de Cerveza de Estrella Galicia, nos da algunas pistas sobre los pasos que un hostelero debe seguir para lograr la caña de cerveza perfecta:
Preparación
El primer paso es tener a punto la copa en la que se sirve la cerveza. La recomendación es que esté fría, pero no helada. El hielo descarbonata la cerveza, perjudica a la espuma e influye en la temperatura de consumo.
Además, hay que mojar el interior de la copa con agua justo antes de servir la cerveza. Este truco ayuda a refrescar el cristal, eliminar minúsculas partículas de abrillantador o detergente, y generar una película prácticamente imperceptible de agua que ayuda a que la cerveza se deslice con suavidad dentro de la copa sin generar espuma.
Descarte
Para el servicio de tiraje de una caña desde un grifo debe realizarse un paso previo antes de servir la cerveza. Es el llamado descarte, que consiste en abrir el grifo para lograr que el primer golpe de espuma caiga fuera de la copa.
Inclinación
Una vez escurrida la copa, se debe inclinar 45 grados mientras se sirve la cerveza desde el grifo. El líquido se desliza suavemente por la pared interior de la copa con un caudal moderado y constante.
Precisión
Conforme la copa se va llenando de cerveza se gira la muñeca para ir alcanzado la verticalidad, de manera que una vez llenada en sus tres cuartas partes se corte el flujo de cerveza rápidamente.
Coronación
En el servicio de grifo, este paso tiene como objetivo coronar la caña con tres centímetros de espuma muy cremosa. Para ello, con la copa en posición vertical, abrimos solamente un cuarto de grifo, impidiendo parcialmente la salida de la cerveza. De esta forma la emulsionamos, generando una espuma muy espesa y densa que se convierte en un elemento imprescindible en un buen tiraje.
Presentación
Es el momento final pero igual de importante que cualquiera de los anteriores. Una vez llena, la copa debe apoyarse sobre un posavasos o un elemento similar que evite las molestias que generan las incómodas gotas de condensación.
El resultado final debe presentar una caña en la que puede apreciarse con nitidez una nebulosa de carbónico debajo de la espuma cremosa. Con cada sorbo que demos, quedarán marcas o aros de espuma adheridos a las paredes de la copa (el conocido encaje de Bruselas).
El buen servicio de una cerveza concluye siempre con un paso fundamental que no aparece en los manuales del perfecto hostelero: el disfrute de la cerveza por parte del consumidor, porque la cerveza de una caña bien tirada siempre está más rica. Trabajo bien hecho.
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Publicado el: 07-04-2017