La llegada del verano es recibida por todos como un soplo de aire fresco, porque eso es sinónimo de que las vacaciones están próximas y eso supondrá que tendremos más tiempo libre que dedicar a nuestras pasiones.
El exterior cobra una importancia perdida durante el invierno y ahora puede ser el escenario perfecto para desarrollar actividades que nos encantan, como jugar al futbolín, un elemento clásico de nuestra cultura.
El futbol, también llamado Deporte Rey, mueve pasiones durante el invierno, pero en verano, también puede ocupar nuestro tiempo de ocio gracias a una pieza como ésta, un elemento que podemos colocar tanto en el interior como en el exterior de nuestras casas.
Fue en 1937, cuando Alejandro Finisterre, poeta, republicano y albacea del poeta León Felipe tuvo esta gran idea. Se encontraba convaleciente tras recibir el impacto de una bomba caída durante la guerra civil.
Las consecuencias de las heridas le mantuvieron ingresado en un hospital catalán, en Montserrat. Durante su estancia allí, se dio cuenta de que habría muchos niños que debido a sus secuelas nunca podrían jugar al futbol.
Optimista y emprendedor, pensó que si existía el tennis de mesa, también podría existir un futbol de mesa, y así nació el futbolín que hoy conocemos.
Los futbolines tal y como los diseñó el señor Finisterre estaban fabricados en madera de boj, y cada pelota en corcho aglomerado.
Estos materiales han hecho que el futbolín original tenga un valor añadido, ya que la calidad que le aportan lo han convertido hoy en día en un capricho de coleccionista.
Con el paso del tiempo los materiales también han ido variando, sobre todo porque hoy en día el futbolín está presente en muchos y muy variados emplazamientos, y esto hace que el material tenga que adaptarse a determinadas condiciones ambientales.
Su ubicación en el exterior de algunas casas ha hecho que lo encontremos fabricado en acero inoxidable o en acero recubierto de pintura de poliéster, lo que garantiza un buen mantenimiento aún estando a la intemperie.
Pero el futbolín no solo ha evolucionado en cuanto a los materiales. El diseño también ha llegado a ellos, y además de fabricarse en muy variados materiales, podemos encontrarlos en muchos colores y con diseños realmente sorprendentes. Algunos futbolines incorporan posavasos, para que los jugadores sacien su sed de victoria.
Esto le ha aportado un valor añadido al futbolín, y hoy en día además de un gran invento, es considerado una pieza artística que le aportará un interés adicional a nuestra casa.
Incluso ha servido de inspiración para reinventar algunos accesorios de decoración, y convertirlos en piezas perfectas para llevar a cabo la decoración de los fans futboleros más apasionados.
El perchero de los futbolistas es el mejor accesorio de decoración que podemos encontrar en el recibidor de una casa de un hincha del futbol.
El 9 de febrero de 2007, Alejandro Finisterre moría dejando tras de sí un importantísimo legado literario, pero sobre todo nos dejó para el entretenimiento de grandes y pequeños el futbolín, su creación más importante y con la que hizo historia.
Desde aquí nuestro recuerdo.
Fotografías: RS
Por Olaia Pellón
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Publicado el: 05-06-2009 | Autor: Olaia Pellón