En ocasiones ocurre que nos cansamos de la decoración que con tanta ilusión escogimos tiempo atrás , bien porque esté pasada de moda, deteriorada, o porque la encontramos perfecta para el invierno, pero totalmente inadecuada para el verano. En estos casos no siempre es necesario realizar obras, ni realizar grandes cambios con el consiguiente desembolso que generalmente requieren.
Este salón destaca por la luminosidad, por los tonos neutros utilizados en su decoración. Es un salón cálido y envolvente en el que el tipo de tejidos seleccionados, la mullida alfombra y los arreglos florales le aportan un cierto aire invernal que nos invita a pasar las largas y frías tardes de esta época del año.
Sin embargo llegada la primavera, nos apetece darle un cambio a nuestro salón, y darle un cierto aire de frescura. Eso no quiere decir que lo tengamos que llenar de colorines, si antes teníamos un salón decorado de una forma armónica, con una decoración a base de contrastes conseguiremos un cambio radical.
En este caso los tejidos son visualmente más ligeros, y el efecto claro-oscuro que se produce sobre el sofá original, al mismo tiempo que los estampados utilizados, hacen que la estancia parezca mucho más dinámica, y en definitiva, más primaveral.
Fotografías: Ikea