Entre los sistemas de calefacción habituales, hay uno que se está implantando poco a poco, cada vez con más fuerza. Es el que funciona gracias a una caldera alimentada por biomasa. Se trata de la segunda fuente de energía más ecológica y sostenible del mercado, después de la energía solar. Además, tiene múltiples ventajas que la convierten en una de las opciones más interesantes del mercado.
¿En qué consiste la biomasa?
Abreviatura de “masa biológica”, la biomasa es el combustible formado por restos vegetales, procesados o no. Entre otras opciones encontramos los pellets de madera (el combustible más habitual; son pequeñas piezas cilíndricas realizadas con serrín prensado), las cáscaras de almendra, los huesos de aceituna, la leña y trozos de madera. Aunque al quemarse estos productos desprenden CO2 al ambiente, se trata del llamado “CO2 neutral”; es decir, es el mismo CO2 que absorbieron las plantas cuando estaban vivas, y que vuelven a enviar al ambiente, con lo que la contaminación aportada es mínima.
Pros y contras
Pros
Las calderas de biomasa, como hemos comentado, son muy ecológicas. Es un sistema de calefacción medioambientamente recomendable.
El combustible es mucho más barato que los fósiles (gas natural, butano, propano o gasóleo) y que la electricidad. Con una caldera de pellets puede llegarse a ahorrar un 40% de la factura, en comparación con el gas natural.
Ayuda al desarrollo de las cooperativas agrícolas locales, que encuentran en la venta de los restos vegetales de su producción un aporte económico más.
En casas con jardín se pueden aprovechar los restos de la poda o la leña (si tenemos bosques cerca) para alimentar la caldera.
Las calderas a biomasa están sujetas a subvenciones por parte del gobierno y las comunidades.
Contras
Sobre todo, su precio. Las calderas de biomasa son las más caras, aunque poco a poco sus precios se van moderando.
En algunos lugares es difícil conseguir suministro de pellets a domicilio.
Se necesita espacio para almacenar el combustible.
Tipos de calderas y sistemas
En realidad, el tipo de sistema más común es el que lleva caldera de biomasa con equipo compacto, y que además puede incorporar un sistema para la producción de ACS (agua caliente sanitaria).
Si en nuestra vivienda contamos con una caldera ya instalada que funcione con gasóleo, podemos adaptarle un quemador de pellets, una solución muy habitual, por ejemplo, en zonas del Norte de Europa. A pesar de que sale considerablemente más barato que comprar e instalar una caldera nueva, esta solución también tiene sus inconvenientes: con la conversión se pierde el 30% de la potencia calorífica del combustible, y además no se puede automatizar la limpieza de la caldera, lo que hace que su mantenimiento sea mucho más incómodo y complicado.
En el caso de las calderas de gas, existe la opción de convertirlas también mediante la incorporación de los llamados quemadores en cascada.
Si disponemos de una caldera de biomasa, podemos complementarla eficazmente con chimeneas o estufas de leña. Funcionan con el mismo combustible y son muy atractivas y confortables, aportando el encanto del fuego a las estancias.
¿En qué hay que fijarse a la hora de escoger una caldera de biomasa?
A la hora de adquirir una de estas calderas, hay una serie de puntos que conviene tener en cuenta:
- Es muy importante que el fabricante garantice el alto rendimiento de la caldera mediante mediciones certificadas; ha de ser superior al 85%.
- La caldera debe disponer de modulación continua de la potencia de salida. Es decir, no sólo debe poder regularse mediante su conexión o desconexión, ya que esto provocaría una alta pérdida de energía.
- El nivel de las emisiones de CO2 ha de estar por debajo de los 200 mg/m3, y el de las emisiones de polvo, por debajo de los 150 mg/m3 a plena carga.
- Cuanto más automatizada esté la caldera, mucho más sencillo será su mantenimiento.
- Además, es importante comprobar que ese modelo de caldera se está empleando con eficacia en instalaciones domésticas.
Precios de los sistemas y los combustibles
A pesar de todas sus ventajas, las calderas de biomasa cuentan hoy día con un importante obstáculo de cara a su implantación: su alto precio. En realidad, son las calderas más caras del mercado.
Una caldera de biomasa de 15 kW de potencia y con silo para almacenar los pellets de 750 l de capacidad, sale por unos 2.500 € más IVA. Dependiendo de la potencia, el grado de automatización, si tiene o no programador o control remoto, etc., el precio irá aumentando. Por otra parte, una instalación completa de calefacción para una vivienda de unos 100 m2, con radiadores, tubos, válvulas y mano de obra, sale por unos 8.000 € IVA incluido. Si le añadimos el kit para producción de ACS, entonces tendremos que sumar unos 1.800 € más.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que las comunidades autonómicas y el gobierno central ofrecen subvenciones para la instalación de este tipo de calderas. Si a esto le sumamos el ahorro anual en combustible, al final pueden ser una interesante opción.
Imágenes: Girasolar, Building.co, Sunburst Sales, Chimeneas Mediterránea, Treehugger.
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Publicado el: 17-11-2010 | Autor: Marta Sánchez