La calefacción y el agua caliente por gas natural son una de las mejores elecciones para las viviendas situadas en poblaciones que cuentan con red de suministro. Las calderas mixtas son el corazón del sistema, y es importante conocer sus variedades para optar por una que sea eficiente y al mismo tiempo proporcione el mayor ahorro energético posible. Como tienen una vida útil determinada, lo más seguro es que en algún momento tengas que proceder a su cambio. Esto es lo que debes tener en cuenta…
Las calderas mixtas pueden ser calderas murales o de pie. Lo habitual es decantarse por una caldera mural mixta (calefacción y agua caliente sanitaria) por cuestiones de espacio y comodidad, ya que al colgarse de la pared permiten amueblar debajo.
También es posible elegir entre una caldera de agua caliente instantánea o de acumulación. En las instantáneas, el agua empieza a calentarse al abrir el grifo, y el caudal es limitado… El problema es común a muchas viviendas, y suele hacerse evidente cuando se abren varios grifos a la vez en una misma casa (el caudal de agua caliente se reduce). Por el contrario, con las calderas mixtas de acumulación, un depósito permite acumular agua caliente (que se ha ido calentando de forma continua) a una temperatura determinada. El resultado es que no se producen problemas de caudal y la temperatura es siempre la misma. No obstante, hay que sopesar que aunque es más cómoda, el coste de la caldera es mayor y el gasto energético también.
Atendiendo al lugar de dónde procede el aire para la combustión, las calderas también se pueden clasificar en calderas atmosféricas y estancas: las primeras toman el aire para la combustión de la propia estancia y las segundas toman el aire del exterior. Las estancas son las más seguras y de elección obligatoria.
Por otro lado, según el aprovechamiento que hacen de la fuente de energía, las calderas también pueden ser estándar, de condensación o de baja temperatura. Actualmente, las calderas de condesación son las más valoradas, ya que su sistema de combustión permite importantes ahorros energéticos. Su principio de funcionamiento se basa en la utilización del calor residual de la evacuación de los gases quemados (de hecho, necesitan de desagüe para el proceso de condensación) . Con ello pueden consumir hasta un 35 por ciento menos de gas. El inconveniente es que su precio casi triplica el de una caldera estanca convencional (unos 600-700 euros frente a los 1.600 euros o más de una caldera de condensación). Se calcula que una caldera de condensación tarda en amortizarse 4 o 5 años a medio rendimiento.
Las calderas de Bajo NOx son la otra opción eficiente: son la alternativa a las calderas de condensación y se consideran las más ecológicas, ya que emiten menos gases CO2 gracias al pre-enfriamiento de la llama en el quemador (la mayoría mediante agua). Por esa razón se llaman también de calderas de baja temperatura. No se las puede considerar menos contaminantes que las calderas de condensación, ya que éstas tienen un muy alto rendimiento y en general tienden a consumir menos gas para su funcionamiento que las Bajo NOx (y a menor consumo, menos emisiones de gases contaminantes a la atmósfera…).
Una vez decidido el equipo más adecuado a cada vivienda y estilo de vida, llega el momento de decidir dónde comprarlo. Entre unos comercios y otros puede haber gran diferencia, por lo que conviene pedir diferentes presupuesto. Lo normal es que el presupuesto especifique también cuál es el coste de la instalación de la caldera. Importante tenerlo en cuenta ya que es un gasto extraordinario que añadir al precio del equipo.
Finalmente el mantenimiento de la caldera es el último punto a tener en cuenta. La mayoría de los fabricantes ofrecen garantías por varios años con sólo pagar un seguro anual (entre 70 y 90 euros uno bastante completo). Es una opción muy conveniente, ya que garantiza el servicio por parte de personal formado por el fabricante. Estos seguros suelen incluir una revisión anual por parte del técnico, y a menudo precios especiales en reparación o incluso coste cero si no es necesario el cambio de piezas.
Fotografías: Junkers
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Publicado el: 24-10-2012 | Autor: María Tebar