Este baño podría llamar la atención por muchas cosas, por sus colores, por la belleza de sus sanitarios, por la combinación de materiales…
Sin embargo ha sido el chorro de luz natural que inunda la totalidad del espacio quien que me ha hecho detenerme a observarlo.
En el mundo en el que vivimos, en el que los metros de los pisos se reducen cada día más, los cuartos de baño están perdiendo cada vez más un importante valor añadido como la luz natural.
Cada vez más, en las nuevas construcciones nos encontramos el baño como una estancia interior, con ventilación artificial y sin luz natural.
Por eso me ha gustado este baño, porque recupera esa luz natural que hace que las cosas parezcan todavía más bonitas de lo que son, y que nos permite añadir a su decoración elementos como ese pequeño rincón natural en el que las plantas, las piedras y a luz se funden en un espacio relajante que nos recuerda un spa natural.
En este caso, la entrada de la luz se sitúa en el techo, lo que hace que esta se reparta por toda la estancia, llegando a iluminar cada pequeño rincón, unificando la decoración para convertirla en global.
Fotografías: Villeroy Boch