Ir de compras es una actividad que encanta a la mayoría, pero para otros es sinónimo de fatiga, cansancio, movilidad… e incluso la analogía de una autopista llena de velocidad.
Para contrarrestar este efecto, Egue y Seta se adentró en el Centro Comercial de La Maquinista para crear una prótesis arquitectónica habitable que permite la relajación y el aislamiento parcial mediante la oferta de facilidades y dispositivos tecnológicos.
La intención era la de permitir a una audiencia mayormente masculina desconectarse de la rutina de compras, para conectarse a realidades virtuales remotas y/o a las vistas sobre el paisajismo urbano que comprende el entorno de este centro comercial.
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Publicado el: 16-11-2016